Hansa Teutonica: Amor a primera vista

El pasado sábado estuvimos enseñando a jugar a Hansa Teutonica en la biblioteca Tecla Sala.

Hicimos dos partidas a 5 jugadores. Los dos grupos eran de jugones experimentados. Dos de ellos lo habían probado antes y querían repetir, para averiguar si su primera impresión fue correcta o no.

Las conclusiones  fueron las siguientes:

1. La duración fue más de la prevista. Habíamos planificado un par de horas para cada partida, con explicación incluida, y se nos fueron a las dos horas y media. Sin necesidad de explicar las reglas es posible que el juego se quede en una hora y media. Si se va rápido y los jugadores tienen experiencia quizás sea posible terminarlo en 1 hora.
2. La palabra que define la primera partida que jugamos fue desorientación. Hubo gente que directamente se perdió en los primeros turnos, sin saber exactamente qué hacer y porqué. Otros no tenían claro si sus jugadas eran las correctas o si estaban haciendo un favor a sus oponentes. Tampoco se tenía muy claro quién llevaba ventaja, excepto cuando el primer jugador ganó la tercera acción y comenzaron a verlo más claro.
3. Otro aspecto curioso de la primera partida fue el no dar apenas importancia a los Marcadores de Favor. A parte de la utilidad obvia del que te permite mejorar una capacidad del Escritorio, o del que te proporciona más acciones,  el resto de Favores no les despertó demasiado interés. Hasta que en el último tramo de la partida decidieron quitárselos al jugador que más estaba acaparando.
4. En la segunda partida la cosa varió un poco, pero no mucho. Uno de los jugadores entendió la utilidad de los  Favores, y usó el que permite eliminar 3 Recursos del tablero (combinado con la acción de mover tus propios Recursos) para conseguir su tercera acción. Pero no quiso bloquear las rutas de Göttingen de forma sistemática, por lo que la partida quedó abierta.
5. El hecho de que la mayoría de puntos se den al final de la partida (y por cosas tan diferentes), no hizo sino aumentar el desconcierto. Hay quien trató de tener un poco de cada cosa (tipo Agricola) y quien se centró en sólo una (aunque sin mucha suerte).
6. Por falta de tiempo no pudimos terminar de manera normal la segunda partida. Lo que hicimos fue dar dos puntos a todos (para que el que iba más destacado llegara a los 20) y puntuar los extras. No queríamos que los jugadores se fueran sin comprender algunas cosas, como la utilidad de un buen nivel en Clavis Urbis o lo que supone controlar suficientes ciudades.

En definitiva, un juego que no dejó sabor a nada especial.

Todos Algunos de los que lo probaron por primera vez no fueron capaces de encontrarle apenas atractivos. La mayoría coincidió en que es posible que le concedieran una segunda oportunidad, pero casi seguro que no una tercera.

Nosotros opinamos que, si se quiere salir de esa perplejidad en la que te sumerge Hansa Teutonica al principio, no hay nada más eficaz que volver a jugarlo. Intentándolo con gente del mismo nivel. Si después de haberlo jugado tres o cuatro veces os sigue dejando igual de fríos, mejor dejarlo.

Pero creednos cuando os decimos que el juego va ganando enteros cuanto más se juega.

De hecho, uno de los jugadores que lo probó por 1a vez a las 16:00 decidió apuntarse a la partida de las 18:00, para intentar averiguar si aquello tenía sentido como juego o era un despropósito. Después de su segunda partida reconoció que se sentía más a gusto y que veía un poco más claro cómo jugarlo (sólo un poco, decía).

La zona más disputada del tablero en los primeros turnos

¿Quizás es que estamos acostumbrados a probar un juego detrás de otro y nos cuesta dar segundas oportunidades a los que no nos enamoran a primera vista? Es posible.

La conclusión de la jornada fue que Hansa Teutonica es un juego duro. Apto sólo para jugadores experimentados (y que tengan ganas de enfrentarse al reto que supone). Así que os aconsejamos probarlo antes de decidiros por él. Y, si puede ser, probarlo varias veces.

Al contrario que a nuestros playtesters, a nosotros el juego nos encantó. Aunque quizás es porque le hemos dedicado un mes entero (traduciendo el reglamento, probando estrategias, leyendo FAQs…)

Durante el resto del día también se jugó a Vinhos, Caylus Carta Magna, Taj Mahal, Palazzo, Yspahan y… al Trivial Pursuit. Además, balowsky se coló en el Top30 de la LligaTS, por lo que hay que felicitarlo públicamente.

En el próximo taller enseñaremos a jugar a Fresco, (quizás todo lo contrario de Hansa Teutonica en cuanto a primeras impresiones), por lo que en breve comenzaremos a hablar de murales y pinceles. Los que queráis aprender a jugarlo, ya sabéis lo que hay que hacer.

Hasta la próxima!

ps. Ah, el título de la entrada es ironía pura, por supuesto. 😉